
Alineación del Triángulo Amoroso
Una lectura para entender hacia dónde se mueve una historia que involucra a tres personas.
Cuando hay más de un vínculo activo en la vida de alguien, no se trata solo de elegir, sino de entender. Esta tirada está diseñada para observar con claridad el papel que juega cada persona dentro del triángulo y cómo se están desarrollando los acontecimientos —sin adornos, sin discursos místicos, Esta alineación requiere el uso de un aracano que se usará como significante S .
Estructura general
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S: persona en el centro del triángulo (quien sostiene dos vínculos).
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Arcanos 13 y 14: representan a las dos personas entre las que se divide la atención o el vínculo de S.
Distribución de los arcanos
Primer nivel – 1, 5, 9
Relación directa con una de las personas del triángulo.
Aquí se observa cómo está ese vínculo: si se sostiene por costumbre, por deseo, por necesidad, por inercia o por algo más sólido. Qué dinámica predomina en el presente.
Segundo nivel – 2, 6, 10
Aspectos que no terminan de encajar con esta misma persona.
Presiones, contradicciones internas, lealtades cruzadas, bloqueos. Esto habla más de lo que no fluye, lo que genera ruido o empuja a replantearse todo.
Tercer nivel – 3, 7, 11
Lo mismo que el nivel anterior, pero con la otra persona.
Aquí se hace la comparación sin decirlo: qué tipo de fricción o ambigüedad existe con la segunda persona. No todo lo que atrae es estable, y no todo lo estable atrae.
Cuarto nivel – 4, 8, 12
Relación directa con la segunda persona del triángulo.
Qué tipo de conexión hay. No se trata de si “hay amor” o no, sino de si hay algo que se está construyendo o si ya se está empezando a caer por su propio peso.
Los Arcanos 13 y 14
Funcionan como símbolos vivos de los otros dos protagonistas. No hablan solo de “quiénes son”, sino del peso que tienen en la historia. Revelan si hay un punto de quiebre, si la balanza ya está inclinada o si S seguirá en ese limbo donde nada se cierra pero todo se arrastra.
Objetivo de esta alineación
No es romantizar. No es predecir.
Es entender cómo está repartida la energía entre los tres, qué vínculos están vivos, cuáles están sostenidos por nada, y hacia dónde se moverán las cosas si no se interviene. Es una radiografía de lo que está pasando, no de lo que se quiere escuchar.