miércoles, 11 de abril de 2007

Como lidiar con los compañeros agresivo pasivos en el trabajo


Compañeros de trabajo agresivos y pasivos: un problema común

El post de hoy trata sobre los compañeros de trabajo agresivos y pasivos, un tema que se repite con mucha frecuencia y que, por desgracia, sigue siendo demasiado habitual.

Son muchas las personas que se preguntan por qué son agredidas constantemente por ese compañero o compañera de trabajo que se hace la víctima, pero no deja de molestar a los demás. Y, por si fuera poco, tiene problemas con todos los compañeros, aunque la culpa, claro, es siempre de los demás.

"¡Mira lo que me ha hecho fulanito/fulanita!" Eso siempre sale de sus labios...

Ante todo, debemos saber que los pasivo-agresivos son personas con un trastorno de la personalidad y, por lo tanto, deben buscar tratamiento.

¿Cómo identificar a un pasivo-agresivo?

  1. Dependencia y autonomía: Buscan la compañía de otros, pero a la vez se empeñan en mantener su autonomía personal. Son muy dependientes, incluso en temas económicos. No son capaces de gestionar su economía con normalidad y siempre achacan a los demás sus problemas.

  2. Evitar responsabilidades: No aceptan su responsabilidad en los conflictos y siempre culpan a los demás de todo lo que les pasa. En el trabajo, buscan excusas para no hacer su parte de la carga laboral. Esto crea un mal ambiente entre los compañeros, que se sienten frustrados por su vagancia.

  3. Falta de respeto y victimización: Llegan incluso a faltar gravemente al respeto a otros compañeros y luego se sienten ofendidos cuando esa persona corta radicalmente cualquier relación con ellos, limitándose a tratar exclusivamente lo laboral.

  4. Manipulación: El agresivo pasivo buscará apoyo dentro del entorno laboral para justificar sus actos malintencionados. Miente sin escrúpulos para ocultar sus faltas, llegando incluso a involucrar a otros en su trastorno mental.

Rasgos comunes de un pasivo-agresivo:

  • Celosos, envidiosos, controladores, mentirosos compulsivos, acomplejados.

  • Problemas con alcoholismo, drogadicción, promiscuidad sexual.

  • Su rasgo principal es la manipulación, especialmente a través del llanto, para conseguir lo que quieren.

  • Les gusta humillar a los demás. Siempre están criticando a compañeros de trabajo, amigos, familia, pareja... nadie se libra de sus críticas.

  • Si necesitan algo de ti en el trabajo, se muestran amables, cercanos y encantadores.

  • Dejan todas sus tareas sin hacer, dejando todo a medias. El cinismo es habitual en ellos, y siempre culpan a los demás.

El trasfondo de esta conducta:

Estas personas suelen venir de entornos familiares desestructurados, donde no han aprendido a gestionar sus emociones. A través de la manipulación, han aprendido a controlar a los demás para ocultar sus propias carencias emocionales y psicológicas.

¿Qué hacer en un ambiente laboral con una persona pasivo-agresiva?

En ciertos entornos laborales, este tipo de personalidad es común. Mi recomendación siempre es alejarse de estas personas. No es tu responsabilidad lidiar con trastornos de la personalidad. El tarot evolutivo nos puede ayudar a gestionar las emociones que surgen al tratar con este tipo de personas, pero debemos asumir que no podemos curarlas.

Mantener la distancia y tratar el malestar que estas personas producen en nosotros es prioritario. El tarot evolutivo te proporcionará herramientas para gestionar TUS emociones, pero no podrás gestionar las de un agresivo pasivo, aunque sí podrás comprender por qué actúa de la manera en que lo hace.

Frases típicas de un agresivo pasivo:

  • "Lo que tú quieras."

  • "¿Por qué te pones así? Te lo tomas todo a la tremenda."

  • "No entiendo qué quieres decirme."

Reconocer las señales de manipulación y control es fundamental para proteger nuestra salud mental. Establecer límites claros con estas personas, tanto en lo profesional como en lo personal, es esencial. No ceder a sus juegos emocionales, no permitir que nos conviertan en su “rescatador” o “chivo expiatorio”, y mantener la calma ante sus ataques es clave para preservar nuestra integridad.

Los "rescatadores" suelen estar en una relación disfuncional con los agresivos pasivos. Este papel, aunque parece altruista, a menudo lleva a la persona a asumir responsabilidades que no le corresponden. El rescatador se siente necesario, pero en realidad está alimentando la manipulación y el comportamiento pasivo-agresivo. Romper con este rol es esencial para evitar seguir perpetuando el ciclo de abuso emocional, y eso solo se logra cuando se toma conciencia de la dinámica y se establece un límite claro.